lunes, 29 de noviembre de 2010

Quiero un Ibuprofeno


La Tonta, digo Tiberio, entró anoche en su periódica crisis de aullido nocturno.

Y diurno. El Gafapasta dice que lo que le pasa a la mema es que ha entrado en celo y se descontrola. Vamos, que se ha puesto cachondona y no sabe cómo rascarse la peseta.

Lo de que eche sus pérdidas leves de orina en la colada perfumada del Gafapasta me da igual. Allá ellos. Pero yo tengo ya una edad en la que la tranquilidad es importante y me está empezando a atacar los nervios la soprano gatuna esta. Si por lo menos sonara bonito, no sé, un así como Magdalena Kozena con un Jendel suavecito, pues todavía. Pero a mí me recuerda más a una de esas que trae un amigo fraile del Gafapasta al Festival Internacional de Santander con el callo recién pisado. Un horror.

El griterío de la Tiberio estresa también muchísimo a la otra gata, Anabotella, que le pega un par de mandobles con uña y la corre por todo el pasillo haciendo todavía más ruido. Y ahí ya no, ahí es donde saco mi yo-represivo-policial, me planto en medio de las dos niñatas y las separo con un cabezazo a diestra, otro a siniestra y un buen gruñido mostrando dentadura.

Como se acercan las Navidades, he pensado que estaría bien cenar algo sofisticado y poco habitual. Y se me ha ocurrido que rellenar a Tiberio con trufas blancas, foie, pasas y un poco de Armagnac podría ser una idea digna del Bulli. Pero como además de histérica es escuchimizada, no habría para darle satisfacción al colmillo.

En cambio Anabotella está más mullidita y tiene unos jamoncitos que ... Creo que ya tengo menú para la Nochebuena. Pero como la Tiberio se ponga a maullar villancicos, la fileteo y la macero en miel para postre. Por Anubis que sí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario