lunes, 23 de abril de 2012

CONVALECENCIAS



Si por alguna razón que ahora mismo no consigo encontrar la Gin se hiciera famosa, tendría fans, que son una cosa gritona y hortera muy relacionada con las caderas de Elvis, las melenas de los Beatles y el horrible teñido de Justin Bieber. Todo de muy mal gusto, vamos. Como ella, que se queda extasiada ante los escaparates de los bazares chinos y pasa de largo ante unos zapatos de Lanvin divinamente presentados,

Yo, por supuesto, y como dama dama que soy, no tengo fans sino admiradores. Cautivados por mi natural modestia, mi belleza singular y este peinado de Llongueras tan atrevido que luzco rutilante. Es lo que tiene el estilazo, que despierta admiración y envidia, no fanatismo ni griterío.

Y estoy muy contenta con mis admiradores. Que fue anunciar el Gafapasta que me encontraba pachuchona y quedar cuasi oculta bajo una montaña de telegramas, cartas, billetes, notas, e-mails y regalos y más regalos interesándose por mi salud y deseándome una pronta recuperación. Pues no estaban preocupados ni nada algunos salones elegantes de temporada pensando que el próximo verano no podrían contar conmigo para los Charities de Montecarlo, los Hamptons, Baden-Baden y Vilanova i la Geltrú-Vilanova i la Geltrú.

Pero quiero tranquilizaros bien tranquilos. Porque una claro tiene unas edades y unos prontos que afean la salud de hierro forjado que disfruté desde mis primeros mordiscos. Que no es porque yo lo diga pero es que no estoy estupenda, no, estoy ... lo siguiente. Pero tuve sí un extraño mareo como de pitiminí, una indisposición, un sofoco rococó, un aire como un desaire, que me postró en la chaisse longue toda dengue y soponcio.

Al día siguiente estaba como siempre, feliz como una perdiz, elegante como un guante y mucho más divina que la emperatriz Josefina. Y preguntándome de dónde me habrían venido los malestares. Porque el Gafapasta otra cosa no, pero nos alimenta que es un primor. Con piensos de codorniz al Sauternes y venado a la crema de frambuesas, y para beber sólo Pommery y aguas minerales de pozo artesiano japonés o de glaciar neozelandés ecológico.

Y mira por donde me da a mí, que toscamente encantadora es pero no por eso menos perra, que ha sido cosa de la Poligonera. Que para dejarme en mal lugar durante el paseo y que en vez de tacón de diva pareciera al caminar alpargata de viejuna, me cambió el botellín de Evian por un gaffaronazo de agua del grifo de ese que le gusta a ella, que ni tiene paladar ni tiene vergüenza.

En fin, que gracias por los bombones de Neuhaus y de Pascal Coffet, por las botellas de Dom Perignon y de Röederer, y por los canapés de salmón frío a la crema de trufa. Divinas las mañanitas de encaje y delicadísimo el parfum Pour Glenda que me han dedicado en Chanel. Eso sí, al admirador que me agasajó con una cinta casette de Los Indios Tabajaras para que estuviera entretenida, que sepa que le he borrado de la lista y que como se atreva a pedirme audiencia le meto la casette por el corvejón, mismamente.

Lametones y relametones para todos. Que estoy que parezco la Lola Flores: como nunca.

martes, 10 de abril de 2012

NOSTALGIA DE PRIMAVERA



Ya sé que me puede por aquí mi lado frivolón y rocambolesco. Pero, aunque sea de Moschino, una también tiene su corazoncito, y de vez en cuando echa de menos al Chicoguapo.

Si ya sé yo que mañana os va a contar algo el Gafapasta en su blog, porque mañana es día once de abril y el once de abril fue cuando el Gafapasta me dejó empantanada con la casa a medio recoger y se largó a Madrid. A estas horas estaba yo en la calle luciendo el palmito en plena Semana Santa de entonces, porque luego se me iba en autobús y hasta el día siguiente no me tocaba calle. Que estaba yo asumiendo que me tocaba un largo Sábado Santo de sepulcro y sudarios, muy descansadita, eso sí.

Y a media tarde del sábado, que me vuelve el jefe de su excursión y resulta que viene con un Chicoguapo (qué digo yo guapo, guapísimo como poco) y con una maleta enorme enorme. Que fue verles y decirles yo a las gatas, niñas, haced sitio que la familia ha crecido. Y pasé del Gafapasta, que ya le tenía muy visto, y me fui a olisquear al Chicoguapo, que olía a buena persona y a dulce de leche y a mate uruguayo. Y claro, fue oler esas cosas tan ricas y caer yo rendida y enamorada como una tonta y ponerme a hacer zalamerías hasta que vi yo que el Gafapasta empezaba a ponerse celoso y le tuve que hacer un par de monadas de apaño.

Anabotella también tuvo ojitos para el Chicoguapo. Porque los dos eran muy de fríos y de achuchones para quitarlos, que enseguida empezaron a compartir sofá y a pasarse calorcito. La gata tonta, la Tiberio, no. Fue la única a la que el Chicoguapo no conquistó ni en dos segundos ni nunca. Que la muy bruja le bufaba cada vez que le tropezaba por el pasillo y hasta hizo un par de amagos de atacarle y arañarle. Ni aunque Anabotella y yo le explicáramos que como tocara al Chicoguapo salía ella directamente por la ventana le cambió la actitud. Pero ella se lo perdió, que el Chicoguapo era además bromista y divertido y empezó a bufar a la gata tonta cuando se la cruzaba y a ella se le salían por el hocico los amagos de infarto de puro susto.

Yo al Chicoguapo, qué queréis, le quise una montaña, dos montañas, una cordillera. Vestía estupendamente, le sentaba todo estupendamente, era mimosón y hablaba con un acento raro que a mí me revolvía el potorrito de puro gustirrinín. Y le echo mucho de menos, igual que cuando se puso malo y se lo llevaron a un sitio que se llama hospital y luego venía el Gafapasta todo triste y todo nervioso a casa y me sacaba de paseo y nos daba la comida y se volvía a marchar más triste y más nervioso después de decirme que iba a comprar un perrito de peluche para el Chicoguapo porque le había dicho en el hospital con una sonrisa triste que me echaba de menos. "Echo de menos a Glenda". Qué tonto. Y yo le echaba de menos a él, y por eso me puse tan tontona cuando regresó a casa, que ya no había forma de despegarme de su lado. Que notaba yo que algo no iba bien y tenía que cuidarle, que para eso en esta casa de locos soy yo la única responsable. Y me echaba la siesta con él y todo para vigilarle las 24 horas.

Sigo echándole de menos. Me pone triste ver triste al Gafapasta y por eso cuando estamos juntos hago como que no me acuerdo y que me lo paso chupi con la Gin y miro mal a las gatas y le enseño los catálogos de Moschino y le digo que estoy enamorada de unos zapatos y de un bolso que he visto en Percha. Pero cuando el Gafapasta no está, sigo buscándole, buscando al Chicoguapo por toda la casa. Porque una mañana se marchó muy malito, muy consumidito, como un suspirito de monja, que no tenía fuerzas ni para caminar y tuvieron que venir a buscarle. Y ya no regresó nunca. Y me dice el Gafapasta que está con Lola esperándome en alguna parte llena de luz entre las nubes pero yo sé que el Chicoguapo nunca se hubiera ido de viaje sin despedirse de mí. De mí que le hubiera seguido como una cordera enamorada hasta el fin del mundo.

domingo, 1 de abril de 2012

MENUDA HIPPIE


Me vais a perdonar, pero a la Gin la soporto cada vez menos. Que basta ver la foto para ver lo que hace cuando le digo que me planche al vapor los tules y las gasas y me abrillante los taconazos. Ale, a la bartola encima del sofá con la cabecita turuleta esa donde pone la suya el Gafapasta para hacerle arrumacos cuando se siente a ver Sálvame en la tele.

Y no es ya que sea vaga, que lo es, y descarada, que lo es, y desobediente y mal dispuesta, que para qué voy a contar. Es que no tiene bastante con ser poligonera, borrachuza, botellonera, díscola y ordinariota. No. Ahora se ha vuelto hippie y le ha dado por el flowerpower , la armonía universal, el amor cuántico y las playas de Ibiza.

Vamos, que es salir a la calle y abalanzarse encima del primer transeúnte que le haga ojitos. Y allá que te corre, allá que te salta, allá que te sube y allá que te lame el hocico y la carota dejándote perdidita de babas. Que a la gente, que suele ser medio tonta, le hace gracias. Pero a saber qué gérmenes tiene esta en la bocaza con todo lo que husmea basuras y lodazales. Le da igual lo de ir atada a correa perpetua por mala y escapista. Ella tiene que organizar un numerito por donde pase. ¿Que puede salir corriendo de duna en duna y de cuesta en cuesta? Pues nada, a escalar el Kilimanjaro. ¿Que no se puede soltar? Pues ahora te enteras y te chupo.

Porque mucho amor universal y muchas diademas de flores en las orejotas peludas. Pero lo que pasa es que me tiene envidia y me quiere robar el protagonismo. Di que para eso tengo yo esta cadera generosa, para abrirme paso a puro culazo y recuperar el espacio.

A Ibiza no, mona, lo que tenías que hacer es largarte a San Francisco y perderte por El Castro. Y de paso te llevas al Gafapasta, a ver si se encuentra un novio como el James Franco en la peli de Harvey Milk y me dejáis tranquila. Pero antes me lo dejas todo bien planchado y recogido, so ceporra, que me tienes enferma de jartura.

http://www.youtube.com/watch?v=xB2nqzkE86Q&feature=related

http://www.youtube.com/watch?v=EhbxI5eVnM4