Mira que estoy yo tranquila por aquí por los espacios infinitos, que si merendando con Balenciaga, que si echando la siesta o tomando el sol con El Chico Guapo, que si probándome trajes de noche por la mañana y pamelonas por la noche. Mira que estoy yo intentando no prestaros atención y permanecer muda como corresponde a una muerta decente, y ni me quejo de que el Gafapasta no encuentre un chulazo brutote y ucraniano, que los búlgaros ya no se llevan, ni abro la boca con la reata esa de youtubers absurdos que os van a extinguir como humanidad, ni os comento las puertas giratorias de Pavisoso y la guillotina que le aplicaría yo, ni me molesto siquiera en adoptar forma ectoplásmica para morder bien mordido a eso que llamáis Abascal, porque solo de pensarlo me entra un asco profundo que me recorre desde el potorrito hasta el hocicamen y vuelta. Es que desde que no ando yo por allí, sois súper aburridos, que os voy a tener que cantar en modo Amaral eso de "Sin mí no sois nada". Y lo único que me ha interesado un poco es ese estilado de uñas de la Rosalía esa, pero mira niña, son incomodísimas para las que andamos a cuatro patas, que rayas todo el cielo y se te queja Fray Escoba. Y también estoy muy interesado en un tal Mortadelo, de hecho, he hablado con San Pedro para que DE NINGUNA MANERA le permita entrar al cielo cuando toque, por haber puteado al mi Gafapasta.
-No te preocupes, Glenda, que irá al infierno.
-Pero al infierno el Mortadelo o el Gafapasta, Sampe, que eres como ambiguo y pasiego.
-El Mortadelo fijo, lo del otro no lo tengo tan claro.
-Ehhh, el Gafapasta aquí, si es muy bueno y tiene paciencia con la Poligonera y ya ni folla ni nada.
-No, si lo de follar no nos parece mal, eh, pero es que está de un lánguido.
-Mira, quita lo de lánguido de su ficha y pon intensito, que eso es atroz pero no pecado.
-Venga, por ti lo que sea, que eres la alegría de la eternidad.
-Y el Glamour.
-Eso callado está dicho.
Y así se me pasan los milenios, tan ricamente.
Pero claro, tenéis que organizar un talent show de gente sin talento que quiere ser grande de la moda y ¡QUE NO SABE QUIÉN FUE PERTEGAZ, QUE NO SABE QUIÉN FUE PERTEGAZ, QUE NO SABE QUIÉN FUE PERTEGAZ, QUE NO SABE QUIÉN...!
Lo voy a dejar ahí, porque entro en bucle, se me raya el microsurco y la estupefacción me supera. Que quiere ser estrella de la moda, el masaje, es que me energumeno más que esa señora que anda energumenada por las redes y que mira, hasta me cae bien. Al menos lo del energumenamiento me parece muy descriptivo y original, que no es poco.
Es que hasta he llamado a Manolo para encargarle un traje sastre, un traje noche, un traje corto, un par de abrigos abollonados y con fruncidos escandalosamente grandes, seis pares de zapatos y mil bolsos. Y de paso darle un disgusto al hombre, diciéndole que no, Manolo, que no, que ni se acuerdan de ti ni te respetan. Que son todos unos ignorantes de la ignorancia. Y que llevan a la tele a tipos que quieren ser diseñadores y que no pasan de costureritos valientes, de los que matan moscas por no saber ni coser ni bordar y luego la gente se cree que pueden con los gigantes. Pues sí, Manolo, pues sí, una vergüenza, que tú no te mereces eso. Se me ha disgustado tanto que le he encargado otros ocho abrigos y mil bolsos más,. para que esté entretenido, y hasta me he comprometido a ir toda de Pertegaz a la Gran Fiesta de Primavera del muy muy elitista Casino de las Santas Nubes de San Pedro. Y pienso epatar a todo el mundo con mi donaire angelical y este saber estar eterno que modestamente llevo con garbo.
Y ya veré cómo lo arreglo después con Christian. Que le había prometido esa gala para esta temporada. Pero yo, por mi Pertegaz, ladro.
