domingo, 5 de diciembre de 2010

Fuera de Control


Una tiene ese glamour de lo francés que sólo te da el tener etiqueta gabacha en el nombre. Que supere el que pueda ese Berger de Brie que llevo con tanto donaire.

Pero la cruda realidad es que nací en Oreña y que soy cántabra por parte de prado natal. Así que al Rubalcaba le tengo como cariño. Viste fatal y en eso nada que ver conmigo, y yo soy más de letras que de hacer cochinadas con los compuestos en el laboratorio, pero quisicosas como esas aparte, es como yo cántabro, socialdemócrata y listuco. Vamos, que me cae bien.

Y por eso, cuando ayer nos puso a todos firmes con lo de que había que solucionar lo de los espacios aéreos descontrolados, di golpe de taconazo con mis mejores Manolos, ladré un marcial "a sus órdenes" y me puse a regular el tráfico de gatos por los alrededores.

¿Que venía atacada por el pasillo la Tiberio perseguida por la Miércoles? Gruñido en sol mayor, colmillo en posición de brigada ligera y cabezazo-mandoble que ponía a la Tiberio volando para la cocina y a la Miércoles en dirección al dormitorio. ¿Qué era la Tiberio la que se cebaba con intención de chocarse con la Miércoles? Pues zarpazo decidido y reparto de direcciones: la una para el baño, la otra para el cuarto de plancha. Y no me costó mucho que hasta el Gafapasta me pidiera debida autorización antes de aterrizar en el sofá para ver la tele.

Visto el éxito de la torre de pasillo, me instalé en la entrada del Parque de Jado y me dediqué a organizar aquel caos. A la gata manchada y estropajosa la envié a la calle Santa Teresa con escala en las obras del ayuntamiento para que se pusiera perdidita de barro. Al gato arisco y negro le puse rumbo a la pista de petanca. Y a una niña súper impertinente que se puso a tirarme de las orejas y que yo creo que era una quintacolumnista de la USCA la aterricé directamente y por procedimiento de urgencia encima de un charco para que se le empaparan las bragas.

Ya le dije al Tipo Gafapasta que yo tenía unos índices de productividad muy superiores a los de los controladores españoles y que antes de Navidad nos íbamos a sentar en la mesa camilla que tiene puesta en el saloncito de las negociaciones él y yo y tendríamos que revisar algunas cláusulas.

O hay capón firmado o cuando haya mogollón por el pasillo digo que me duele el corvejón y me voy a la cama dejándole con todo el caos organizado. Sin servicios mininos de esos ni nada.

1 comentario:

  1. jajajajajaja, glenda, y el gafapastas también, sois geniales os quiero un beso

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