sábado, 3 de marzo de 2012

LADRANDO AL FUTURO


Si ya sabía yo que este día tenía que llegar, que la política cántabra está necesitada de cabezas bien amuebladas y jacobinas de talento. Con lo mona que me veía yo ya toda de Lacroix debatiendo con Rubalcaba y Rajoy para la presidencia y ahora me piden y me requiebran que me presente a Secretaria General de los Socialistas Cántabros. Y después de una larga meditación (dice la Gin que lo que he hecho es dormir una siesta de tres pares de narices, pero qué sabrá ella) he decidido dar un paso al frente: He presentado mi precandidatura esta tarde, en plena calle, después de un largo paseo militante manifestándome por la enseñanza pública. Que a mí eso de hacer calle, pastorear masas y afilar los colmillos por si los lobos pues me pone mogollón.

Me ha dicho el Gafapasta que lo primero de lo primerísimo es un manifiesto, que por lo visto están muy de moda aunque yo no los he visto en ninguna pasarela. Y cuando llamé a Valentino y a Max Jacob por si tenían algún manifiesto mono que me hiciera juego con el pelamen, pues me dijeron que no sabían de qué estaba hablando, así que les compré unos bolsos, unos trajesastres, una falda pantalón y uno de cóctel que voy a necesitar para lucir por las agrupaciones mientras hago precampaña. Pero de manifiestos nada de nada.

La gata mala, Anabotella, me dijo que estaba despistadísima y que un manifiesto era otra cosa. Y ya lo entendí yo todo y me dije que si me ponía patas a la obra tenía un manifiesto estupendo para la hora del té. Del té de las cinco. De las cinco de la mañana. Pero lo he terminado antes y tengo yo ganas de que estos chicos tan estupendos que me han avalado y acompañado en este momento tan trascendental de mi existencia confirmen el buen gusto de sus elecciones.

UNO. Yo creo que en un congreso tiene que ganar la candidatura que sea más solvente y prometedora, o sea, la mía. Y que a partir de ahí, todos los demás tienen que seguir mis instrucciones, decir que las pamelas me sientan fenomenal y reconocer mi gusto exquisito. Y si alguien no se quiere integrar, pues le muerdo en el corvejón y tan ricamente.

DOS: Hay que redecorar la sede. No se puede pretender ganar unas elecciones con esos muebles tan de oficina siniestra y sin unas cortinas bordadas en tonos crudos y funcionales. Y ya puestos, una pasarela en el salón quedaría bien y muy práctica y se la podría yo alquilar a mis amigas de Vogue.

TRES: Una opción clara por el municipalismo. Porque yo estoy un poco harta de ciudad y cemento y me propongo patear todos los prados, bosques, montañas y playas de esta Cantabria. Pues no me gusta a mí nada corretear al aire libre. Y además me puedo llevar a la Gin a ver si la agoto.

CUATRO: Hay que tener claro que el enemigo es el PP, que es reaccionario y encima el Nachodiego ese va en pelotas por ahí que ni vergüenza ni decencia. Como si lo que va enseñando mereciera la pena. Así que hay que armar al partido de colmillos y explicar cómo morder a los populares y hacerles la presa hasta que lloren y llamen a su mamá. Al Nachodiego me pido yo morderle. En las castañitas diminutocolgantes.

CINCO: Es muy importante dejar claro quiénes van a formar parte del equipo, que veo que no se moja nadie. Yo pienso rodearme de gente de mi total desconfianza: La gata mala Anabotella será Secretaria de Organización, la gata tonta Tiberio será becaria ejecutiva y traerá los cafés. Y con Gin no sé muy bien qué hacer, pero si la encargo de las relaciones con las agrupaciones locales la tendré lejos más a menudo y eso que ganarán mis jaquecas. Al Gafapasta ya le he dicho que prefiero que no figure, pero que me haga los discursos, que ya los firmo yo.

SEIS: Yo como francesa de origen y jacobina de corazón, considero que siempre es útil tener unas cuantas guillotinas a punto. Una en bonifaz y las otras móviles, que nunca se sabe dónde va a ser conveniente un cuello deconstruido.

SIETE: Es muy importante una buena política de comunicación. Y como yo soy de natural dicharachero y simpaticorro, pues me comunico muy bien con todo el mundo. Es muy básico: ¿Que te ponen buena cara? un meneo de rabo y un lametón. ¿Que te ponen caras raras? Unos gruñidos a tiempo arreglan muchos titulares. ¿Que vienen los del Mundo o los de Intereconomía? ¿Y para qué queríamos una guillotina en la sede? Si es que no os enteráis.

OCHO: Hay que hablar mucho con la militancia, así que he decidido dedicar todas las tardes a la hora del té a unas sesiones informativas informales con grupos de cinco a siete militantes. Un bonito juego de porcelana, unas infusiones estupendas y unas pastitas arreglan cualquier conflicto interno y fomentan el socialismo afectivo. En la decoración de la sede no podemos olvidar una mesa camilla mona con mantelitos y hervidor de agua.

NUEVE: Tenemos que patear no sólo la calle sino los parques, que son mucho más divertidos y tienen sitios estupendos para hacer pis sin llamar demasiado la atención. Así que me comprometo a liderar las protestas sociales que sea menester y a morder al delegado del gobierno. Más bien rechupetearle los huesos, que morder no tiene dónde. No voy a ganar para listerine.

DIEZ: Es necesario dar otra imagen para recuperar el prestigio extraviado por los caminos. Así que le he prometido al memo de John Galliano levantarle el veto y darle asilo político en Bostronizo a cambio de un armario completo por temporada de monadas sorprendentes y arrebatadoras. Ya me está diseñando unos blusones divinos para celebrar la victoria. Eso sí que va a ser imagen.

ONCE: Hay que girar a la izquierda. Que parece que los humanos no entienden que significa dar la vuelta hacia el lado del corazón y no hacia el otro. A mí me parece que algunos de nuestros líderes no habían entendido bien Barrio Sésamo.

DOCE: Un militante = un voto. La democracia interna me parece esencial. Porque yo no quiero adhesiones perrunas ni lealtades caninas. Y la gata mala dice que es mejor intrigar para convencer a un puñado de delegados, pero yo cuando brillo de verdad es cuando me dirijo a una multitud de militantes descamisados como Evita Perón, vestida de Dior y con unas perlas de Cartier. Y así es que me gano a todo el mundo y encima me aporta legitimidad. Y si hay otra que luzca mejor que la voten, pero una rutilancia como la mía no se encuentra a menudo.

Así que os invito a ladrar bien fuerte y a acompañarme en este viaje de perrera en perrera, de protectora en protectora, para hacer mucho ruido y encomendar el futuro a las mejores patas. Las mías. Guau.

2 comentarios:

  1. hay que acabar con pagar favores y cuando se termine eso las cosas iran mucho mejor

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  2. Tienes razón, ya le dije yo al Gafapasta que de negro para los discursos claro, pero que no se espere más. Y favores favores tampoco, que me compra siempre pienso en vez de pechuguita de capón.

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