viernes, 22 de abril de 2011

Perras Pasionarias




Como ya sabéis yo soy un poco demasiado mía, y como francesita orgullosa de su historia y laicista hasta el corvejón contemplo ciertas fiestas con escepticismo volteriano y jacobino gesto. Y es que las procesiones que más molaban en la época de la Revo eran las de las carmelitas de Compiègne camino de la guillotina. Que todo quedaba muy solemne y daba mucho juego para novelas y óperas estupendas.

Peor lo lleva la Gin, que además de macarra es inglesa y más puritanorro-protestante-anglicanorra que el mismísimo Cromwell. Que todo es rezarle un avemaría cerca del hocico y empezar la nena a estornudar de la alergia que le tiene al catolicismo.

Pero de todas maneras ni por jacobinas ni por alérgicas nos íbamos a librar de los sustos de la Semana Santa, que a eso del miércoles nos había sacado de paseo el Gafapasta y ahí que nos atacó sin previo aviso una cofradía con el modo panzer on.

A mí me horrorizó el estilismo atroz, que era tan recargado que ni los propios Victorio y Lucchino se hubieran atrevido a firmarlo. Una ya ha estado en tantas pasarelas de colecciones aburridas y miserables, que no se iba a inmutar por un faldón de más o un capirote de menos, lo que no quita para que me parezca que las procesiones ganarían super muchísimo con diseños de por ejemplo Givenchy, que le veo yo con unos dorados estupendos, o de Gaultier que es puro exceso trompetero.

Pero, ay la pobre Gin. Claro, imagínense que son unas perras cachorronas y barriobajeras, tirando a atorrantes (qué adejtivo tan bonito tenían en común el Gafapasta y la mamá del Chicoguapo), y van olisqueando baldosas y basurillas y de pronto se ven siendo abalanzadas por una horda de kukluxklaneros mercenarios o mercedarios o qué se yo, con dos imágenes enoooormes bailando de lado a lado de la calle con expresiones lacerantes y colores medio lánguidos. Y sobre todo con trompeterías M-U-Y desafinadas y tamborradas M-U-Y ruidosas. Pues eso, que como era de esperar la niñata entró en colapso nervioso. Y allí que empezó a temblar y aullar mientras la cabecita le daba vueltas sobre sí misma como a Linda Blair en el papel de la perra del exorcista, y al Gafapasta en cuclillas tratando de controlarla. Y a mí toda avergonzada tratando de disimular con cara de "a estos dos notas no les conozco, que quede clarito".

Al final, la Cofradía de Nuestra Señora de la División Panzer Acorazada pasó de largo entre ruidos y sombras, y la Gin recuperó el tono y la tranquilidad después de ventilarse una botella de Beefeater (qué bien le va el apellido a la muy perra) y otra de Don Simón con Coca Cola, vulgo calimocho. Que mucho Windsor mucho Windsor pero borrachuza lo es un rato. Y después de un par de sonoros eructos continuó el paseo balanceándose como las dos imágenes mientras decía con voz pastosa "mira, tía, soy la semana santa".

Qué miedo me da todo esto, qué miedo. Espero que el Viernes llueva.




4 comentarios:

  1. hola!!!!pues por estos lares cambiaron el Silencio por las vuvuzelas....Total...qué me han dado la semana...tanto ruido para San Madrid, me llevó debajo de la cama de mi mamutxi....y padece de apnea del sueño....Ni San Mateo me dio consuelo y eso que es un gran amigo de Bach...Melchor

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  2. Que cracks sois chicas :) que lata dan los kukuxklaneroxxxx jajaja nos hemos ladrado de la risa con la descripción que haces de gin jajaa puritanorro-protestante-anglicanorra
    jajaja Guaumuaaaaa

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  3. jajajja pobre lady quien la veria, esto es tipical spanis, que se vaya acomstumbrando...otras lo hemos pasado peor, dos bollos y dos gays en el monasterio de santo toribio en potes escuchando la leyenda de la cruz de cristo y .....besandola....bueno mi novia y yo solo la tocamos pq ya nos parecia demasiado irreverencia.que plan.

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  4. Coincido con el deseo de que llueva todos los Viernes Santos, epecialmente en Sevilla. Que les tengo una tirria....

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