martes, 5 de abril de 2011

Gollum, gollum, mi tesooorrroooooo, mi pelooootaaa


"Una Pelota para gobernarlos a todos, una Pelota para encontrarlos, una Pelota para atraerlos a todos y atarlos en el abismo".

Élfica que estoy, madredelamorhermoso. Y es que si en vez de perder el tiempo leyendo blogs absurdos aprovecharais vuestro tiempo leyendo clásicos de la literatura, os habríais dado cuenta de que estoy citando ese libro, ese gran libro de Tolkien titulado "El Señor de las Pelotas". Donde unos malos hacen unas pelotas de caucho para dominar a todos los perros del mundo, y bicho que atrapa una de las pelotas queda subyugado por su poder y cae en las garras del mal. Pero es que además hay una pelota grande y roja que sirve para controlar a todas las demás pelotas y sus poseedores.

Y es que me he dado cuenta estos días de que el Gafapasta compró el otro día no una pelota sino ESA pelota. Que a mí esas pelotas de caucho de colorines siempre me han parecido feas y estresantes, porque botan mucho, se van muy lejos, te hacen correr como una loca sin estilo ni nada y son menos finas y blanditas que las de tenis. Así que como cuando yo era peque se empeñó en comprar esos pelotones horribles, pues yo las perdía todas hasta que se dio cuenta de que de las de tenis no dejaba escapar una.

Pero alguna fijación tiene el Gafapasta con las pelotas grandes y duras. Ejem. Porque ha sido adoptar a la nena y presentarse con otro de esos engendros, enorme y de color rojo, más dura que la mollera de Nacho Diego, que le dio un pelotazo accidental a la Gin en el parque y casi me la mata. Por suerte, le acertó sólo en el ojo y yo me reí mucho. Porque me estoy volviendo mala y cruel.

Y no os lo creereis, pero fue ver a la Gin galopar sin gracia ni estilo ni nada detrás de la pelotona roja y entrarme a mí un no sé qué cosquilleo por los bajíos. Como una voz que me decía essssmíaaaaa, essssmíaaaaa, mirrrrrregalooo de cumpleañosssssssss, gollum gollum. Mientras se me ponían ojos de bacalao al ajoarriero. Así que me acerqué a Ginebra, le expliqué con un mandoble, dos mordiscos y un bonito surtido de gruñidos cómo estaban las cosas y me quedé con la pelota. Y ya no la he vuelto a soltar, que hasta agujetas tengo en las mandíbulas, oigan.

¿Que la quiere el Gafapasta? Si trae galletas, suelto la pelota, como la golosina, y vuelvo a por Mmmmmi pelotttaaaaa. Si no trae galletas, le gruño y le digo que se quite del medio. ¿Que viene Gin? Mandoble al biés.

Y es que con la pelota roja en las fauces me siento como una especie de Bruja Avería disfrazada de Cruella de Vil (por el estilazo, sobre todo), y me paso el día riéndome entre mí y proclamando lo mala malísima que soy y que viva el mal y viva el capital.

Anabotella dice que leo mucho y voy a acabar con más tontuna mental que la Bovary esa de la novela. Pero yo sé que la pelotttta es mmmmíaaaaaaaaa, mi rrrrrregalooo de cumpleañossssssss, y que me va a servir para dominar el mundo y gobernarlo como a mí me gusta: a palos.

Gollum, Gollum, pelota, pelota, Gollum, Gollum.

2 comentarios:

  1. Pero sí esas pelotas están llenas de pelo!!!!
    Mi mamuxi no me las deja nuncaaaaaa.y dices qué molan?
    Las Francesas es qué sois raritas, mi mamuxi lo es y siempre anda con un pañuelo limpiándome la boca...
    Yo soy del Tibet y ella dice qué soy de Pekín y Príncipe. Rara, rara....la republicana....
    Melchor

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  2. Ay, Melchor, las de la foto son las de pelo suavecito que me gustaban a mí hasta pasarme al bando del mal, porque como a la mema de la Ginebra le gustan duras y de caucho tengo que robar de esas. Pelotas rojas, francesas raras, el mundo del mal, republicanas ... Si es que tu mamuxi y yo lo tenemos todo, juas.

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