lunes, 3 de enero de 2011

Crónicas de Nochevieja


Todavía me dura la resaca del cotillón, así que llevo unos días que no sé si subo o si bajo las escaleras cuando saco al Gafapasta de paseo. Como de costumbre, él dice algo así como "¿Vamos a la calle?" y yo pues un "worrrfffffññññññññññññaaaauuuuuu, ¿hace falta decirlo tan alto?"

Pero años de control de horarios al Gafapasta han bastado para organizar un sarao canino de lo más aullante. Primero, como está mandado, me cené tan ricamente el capón y las otras golosinas que me regaló Teresa. Y como además de tontas las gatas son lentas con la manduca, les rebañé el comedero y me terminé su paté de merluza con carabineros sobre fumet de pulpo.

Terminada la cena, puse algo de música y esperé a ver los efectos del cóctel de vodka con tequila por el que había cambiado el agua de las gatas. Con el móvil del Chico Guapo preparado para grabar su borrachera y colgarlas en el youtube para que se rían los chuchos del barrio. Pero el idiota del Gafapasta no había recargado la batería y me parece que no va a salir nada bien la grabación de la Tiberio chocándose con las puertas ni la de la Miércoles saltando sobre sí misma y cayendo de bruces sobre su propio bigote. Juas.

Para tenerlas entretenidas, y que luego no digan, que criticonas son un rato, organicé una conga y un Paquito Chocolatero, que me vinieron muy bien para pisarlas en los juanetes sin que se dieran cuenta, mientras le iba metiendo pata a un Brie morenote y requeteguapo que había conocido el otro día en el Guau Club ese que se llena de perros pijos con banderitas en el collar. Era un poco patán, pero muy chulazo, y como al fin y al cabo le quería sólo como One Night Stand, pues todo dabuti.

A eso de las cuatro largué al chorbo y les di un chute de alka seltzer a las gatas para disimular un poco, pasé el escobón por el pasillo y me fui al edredón a hacerme la dormida.

No sé si el Gafapasta se dio cuenta de que me había olvidado de quitarme el matasuegras del colmillo y el gorrito ridículo. Pero discreto como es, al día siguiente no me dijo nada.

¿Será posible terminar enero con otro cotillón? Jo, venga, aunque en vez de capón me sirvan pintada rellena.

5 comentarios:

  1. Au glenda me tienes enganchada a tus historias, que pena no encontrate por la calla cuando paseas al gafapasta pq sin duda te parare y te dire lo que espero tus historias.

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  2. Ay Glenda, menuda fiesta que te montaste, no se yo si el Gafapasta te dejará celebrar el cotillón de Reyes, y más ahora que se encuentra rodeado de viruses invernales. Yo que tu estos dias me afanaba en darle bien de mimos, ya sabes llevarle los pañuelos, el jarabe, los caramelos para la tos....y quien sabe, a lo mejor además de pintada rellena tienes para postre un buen rosco de reyes.

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  3. Y eso que cuento sólo la mitad de la mitad, Carmen, pero una es una señora. Si nos encontramos por los parques avisa, que me dejo resobar detrás de la oreja con facilidad. Es que da un gustirrinínnnnnnn.

    Rosmari, lo del rosco está hecho, porque como el Gafapasta es golosón (sólo hay que verle) traerá rosco a casa y no podrá solito con todo. Pero cotillón no creo que se arregle, porque mientras siga con el moquillo le voy a tener en casa todo el día. Menos mal que estoy vacunada.

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  4. Glendamari,Glendamari, ojo con los cotillones. Lo de la resaca es tremendo. Menos mal que eres lista y largaste a las tontas el vodka con tequila mientras tu te dedicabas, espero, al Taittinger, que dónde va a parar, la resaca no tiene punto de comparación. Es solo un ligero vahído con un punto de glamour. Lo justo para caer un rato en brazos del chulazo y largarle a las cuatro. Lamemúas

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  5. Ay, Maritere, cómo me conoces. Pero no fue Taittinger este año, sino un delicioso Krug rosé. Qué mejor homenaje al delicioso capón que me enviaste, mmmmmmmmmmmmmmmm

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