lunes, 10 de enero de 2011

Derramando Lisura


Yo es que desde pequeña tenía un aire a la Susanita pija de Mafalda. Veía algo menudo y con movimiento y pensaba "¡Hijitos!". Que una nació para madraza. Y como con esta galanura que voy derrochando no pasaba día que al Gafapasta no le rogara alguien puesto en rodilla que porfavor, que querían un cachorrito de Brie, pues hubo un tiempo en el que convinimos que sería una buena idea tener bebitos en el momento adecuado.

Pero cuando llegó el momento adecuado, no había chulazos de Brie por ningún lado, así que me quedé a verlas venir, compuesta y sin criaturitas. Así que ahora prefiero rollos de una noche con jovenzuelos peludos y de buen ver y cuando llegan esos días complicados cada seis o siete meses, confío en que mi altura y mis espléndidos colmillos (ni una funda todavía, oigan) mantengan a raya a los chuchos enanoides de este barrio al que me ha traído a vivir el Gafapasta.

No es que me haga falta, que una es guapa donde las haya, pero en estos meses se te hincha el potorrito y vas dejando por ahí unos efluvios olfativos que pareces la Monroe vestida de Nº5. Y ahí me tienes, cual flor de la canela por el parque, poniendo a todos los perros bien perracos.

Los machos son un poco plastas, para que nos vamos a engañar. Pero lo pero es que no puede moverse, que donde pone la pata pone la gotita rojipardusca. Que parezco Pulgarcita dejando pistas. Una, que además de glamourosa es de por sí limpuca, lo lame todo con adecuada eficacia y deja la parqué flotante que ni el míster Proper ese. Pero lo que se queda por la noche en el edredón, no hay lengua que lo blanquee.

Así que ahí tengo al Gafapasta todo el día a la espera de otra surada para meter en la lavadora el edredón y diciendo que me tenía que comprar no sé que bragas y no sé qué pegotes con alas.

Y es que o se está fumando porritos a mis espaldas o al final los tebeos de héroes de la Marvel le han terminado de hacer puré el cerebro y ya ve chuchos voladores surcando divinos los cielos. El pobre.

2 comentarios:

  1. Nena, tú tranquila mientras no se pregunte a qué huelen las nubes. Si llega ese momento, no lo dudes, enciérralo.

    ResponderEliminar
  2. Tampoco es tan complicada la pregunta, que una es de olfato fino. Por aquí las nubes huelen a una peculiar mezcla de salitre y contaminación, con ligeros toques a "Eau de Barreda".
    Podía ser peor.

    ResponderEliminar