miércoles, 28 de noviembre de 2012

ANGOSTURAS DE COLCHÓN


No sé yo si será que a sus años tiene ya la próstata chuchurría (le prometí que me vengaría por ir difundiendo por esos mundos de Dior mis achaques y mi provecta edad) o que la mala conciencia no le deja conciliar el sueño en condiciones. Pero el caso es que el Gafapasta no nos deja dormir en condiciones, a pata suelta y de un tirón. Que en cuanto te entregas a Morfeo se levanta a dar un paseo, a beber a la cocina, a redecorar el baño, a mordisquear una tableta de chocolate. Unas ochocientas veces por noche, o sea, más o menos cada dos horas.

Es lo que tiene compartir, cama, colchón y edredón, que al final no respetan tu descanso. Porque el orden está claro: primero me meto yo en la cama, me estiro bien estirada para que no se me atrofie el muslamen y pongo la cabeza en la almohada cervical, que me viene muy bien para estos dolores de espalda que me tienen arrebatada. Luego viene la nena, que hace lo que puede por acomodarse y que siempre trata de escurrirse hacia arriba para pillar almohada. Pero de eso nada, monada, que ya interpongo yo trasero para marcar bien marcados los límites. Luego viene la gata mala, que se me pega mucho para buscar calorcito, la muy parásita, y ya se queda medio inmóvil toda la noche. Y más tarde la gata tonta, a escondidas, que se cree que no nos damos cuenta, y que como es de color negro se pega a Anabotella como si fuera su sombra. Aunque más bien parece un murciélago malvado travestido de gata absurda.

Y así estamos las cuatro tan cómodas cuando llega el Gafapasta y se empeña en dormir en un hueco que queda en el borde izquierdo. Que mira que le hemos dicho veces y veces que él ahí no cabe, que estaría más cómodo en el sofá o en el mismo suelo con una colchoneta. Pero erre que erre, que dice que la cama es suya (esta manía que tienen los humanos con decir que todo es suyo, qué estrés) y que duerme donde quiere el muy rebeldón. Y es que un día se nos va a caer y se va a partir la cabezota todo por no dar su brazo a torcer. Así que claro, malduerme, ronca, se levanta, se acuesta y molesta todo lo que puede molestar.

Me parece que esta noche vamos a tener que poner orden en la cama y dejarle claro que allí sólo caben cuatro, que si no haberse comprado una cama más grande. Y que se largue al sofá IN ME DIA TA MEN TE . Pero que el edredón de plumón de cisne boreal y la almohada de fibra de coco natural hipoalergénica se quedan. Faltaría más.

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