A Mami Glenda la quería todo el mundo o casi todo el mundo. Y por eso cada vez que salimos a la calle alguien nos pregunta por ella y dice que la echa de menos, y ponen cara de intensidad cuando el Gafapasta les dice que se fue de viaje. Y otros le dicen al Gafapasta que están muy tristes y preguntan si yo he notado que Mami Glenda no está. Y él se pone un poco contento y un poco triste, porque le gusta que la gente recuerde a Mami pero le pone triste que se fuera, porque es un gafapasta y los gafapastas, como escribiría Cela, tienden a la misantropía y a la histeria como algunos de los sabios de la Antigüedad. Y yo me pongo un poco contenta porque me gusta que todo el mundo quisiera tanto a Mami Glenda y un poco enfadada porque no sé cómo se atreven a dudar de que la echo de menos.
Pues claro que echo de menos a Mami. Porque ella me contaba que yo era hija de una bruja malvada que me había abandonado debajo de un repollo mugriento y que por eso no tenía ni estilo ni familia y que por eso el Gafapasta que es bueno había decidido adoptarme. Y luego me llamaba maleducada, cerda, revoltosa y marrana y me daba un lametón y me guiñaba un ojo. Porque siempre me decía cosas bonitas como esas. Y la verdad es que yo no recuerdo a mi mamá de verdad ni a mis hermanos, ni recuerdo qué fue de ellos ni por qué a mí me abandonaron arrojándome de un coche unos cazadores, ni cómo era la perrera ni cuánto frío hacía.
Me acuerdo de que vinieron Sonia y Berto y me dijeron que me iban a llevar a pasear por el camino de baldosas amarillas y que me iban a encontrar una familia pero de verdad. Y un día me decían todo contentos, ya está, te vas a Barcelona, y por eso me querían llamar Barcelona o Lona. Y otro venían y decían, ya no te vas chiquitina. Hasta que un día Berto me llevó de paseo para conocer a un Gafapasta y a una Gran Dama. Y me gustaron un montón aunque estaba súper nerviosa, y me parece que yo a ellos también porque me fui a su casa al cabo de unos días, pero no me llamaron Barcelona sino Ginebra, porque decía el de las gafas que tenía cara de macarra borrachuza y de reina madre de las Inglaterras. Y Mami Glenda me gruñía de vez en cuando pero me dejaba comer de su plato, y me hacía sitio en su cama (bueno en la del Gafapasta, pero él no cabía) y me vigilaba en el parque aunque se ponía muy nerviosa cuando yo corría para acá y para allá como loca carioca.
Y cuando se puso malita yo me puse triste. Y cuando el Gafapasta la llevó a curar y volvió sin ella pues más triste. Y me dijo que se había ido de viaje y que iba a tardar mucho en volver y a lo mejor ni volvía. Y yo le pregunté si había hecho yo algo mal y se había enfadado conmigo y por eso se iba. Y me dijo que no, que Mami Glenda me quería mucho y se había ido con mucha pena por no llevarme. Y entonces le dije que me quería ir yo de viaje con ella, que así nos hacíamos aventureras. Y el puso cara de intenso y me preguntó si me iba a ir yo también y le iba a dejar solo. Y yo le dije que no, que me quedaba con él pero que podíamos visitar a Glenda en vacaciones. Y así ya me quedé tranquila.
Pero el caso es que Mami ya no está en casa y no va a volver y hay que hacer algo con este blog. Así que he cogido la clave y el ordenador y he escrito todo esto para deciros que Mami Glenda fue la mejor de las Mami Glendas, y una gran dama y una gran escritora. Y además tenía un pelazo divino. Y como no quiero que se pierda su gran trabajo para reivindicar la presencia canina en el mundo de los blogs, y me han dicho en el cole que la energía se transforma siempre, pues ahora voy a escribir yo un blog también. Y podéis visitarme siempre que queráis, en esta dirección, www.elblogdegin.blogspot.com , y se llama "No sólo de Ginebra vive el hombre" que es un nombre chupi y divertido como yo.
Que por si no os habéis dado cuenta no soy Glenda, soy la Gin, la Poligonera. Que hay que deciros todo, ay.
no dudes de que mami glen te queria y te educaba o lo intentaba y ahora todos seguimos ya tu blog asi que animo gin que seguro lo haras estupendo.
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