martes, 15 de marzo de 2011

Pulgas en el corazón ... y en el ejem.


El otro día tuve una instructiva conversación con la niña quien, como adolescenta rebelde porque el mundo ha hizo así que es, ni maldito caso.

Me dice de pronto que ella viene de una casa animalista de pro y que ella también quiere adoptar animalitos chiquitines y desamparados. Y yo, muy señora responsable, ya le respondí que me parecía muy bien, pero que con lo gamberrota que es no la veía yo cuidando de un pajarito ni de unas carpas japonesas radioactivas. También le aclaré que si estaba pensando en roedores, seguramente las gatas se lo agradecerían, pero las mascotas no iban a durar gran cosa en esta especie de Arca de Noé que se está organizando el Gafapasta.

Ella me dijo que todo eso ya lo sabía, que inglesa sí es pero tonta no (yo puse morrito de poco convencida, que me sale súper, pero si ella lo dice para qué voy a hablar yo), y que todo eso ya lo sabía y que por eso había pensado en adoptar unas cuantas pulgas.

Ahí es donde me entró el horror horroroso. Hasta las pulgas saben reconocer a una señora, pero a una señora de verdad, cuando se la encuentran. Y por eso yo no he tenido grandes problemas con esos seres pequeñitos y repulsivos que te usan de pista de patinaje provocándote un montón de picores y luego se te van a los cuartos traseros para morderte el chichi. Que me ven la cara de leche agria que yo sé poner tan bien cuando es necesario y salen corriendo en dirección contraria. Pero a esta que es joven, inocente y mantecosa le van a hacer una buena avería. Y además, ya avisé, si adoptaba las pulgas lo que iba a pasar es que el Gafapasta iba a echar más vertidos químicos y biológicos por la casa que ríete tú del Agente Naranja. Y además le expliqué, que es que la niña no se entera de nada, que hasta las animalistas más animalistas estrujan a las pulgas en cuanto una se escapa del kit de veneno de urgencia que todas llevan camuflado en el corsé.

Pero como es como es, ayer se trajo del parque a unas cuantas pulgas totalmente homeless sin hogar, estratégicamente situadas entre el sobaco izquierdo y el contorno del potorro.

Una hora que la tuvo el Gafapasta tirada contra el suelo y panza arriba estrujando sádicamente a las indeseables uña contra uña. Y no veais ahora cómo apesta la casa a geles, pipetas, aerosoles, polvos, fumigaciones y escapes de Solvay. Que da igual que te pongas toda primaveral con una rociadita de Flowered de Kenzo: sales de casa apestando a salfumán.

Lo peor de todo, seguro que alguna pulga ha convencido a la Gin de que le de asilo político y la tendrá por ahí escondida poniendo huevos como una loca y obsesionada por dominar la casa. O por lo menos por devorarnos a la hooligan y a mí.

Por Anubis, qué estrés.

4 comentarios:

  1. espero q todo mejorase, y que el gafapasta te baje hoy a ver a la ministra jajajjja

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  2. Hola chicas, que estuve con la ministra y me pareció monísima pero un poco haba seca. ¿Estabais por allí? Que sé yo que lo de los uniformes mola, eh pillinas.

    Eso sí, como la Gin vuelva a traerme habitantes a casa, prometo que la muerdo.

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  3. jajajajaj malaaaaa pero no no bajamos, como dice el gafapasta es deporte muy bueno no es y estoy de baja por esguince....y eso que la bici no se me mueve del sitio....jeje, asi que nada no pude bajar...pero si que molan asi ...aunque mi niña tb lo lleva y me gusta mas jejeje.

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  4. Si cómo sabe una, ayyyysss, si voy a tener que poner un consultorio en la tele o algo. Que está el Gafapasta viendo la cuarta temporada de L y estoy aprendiendo cantidad jajajaja.

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