Por fin el alcalde pavisoso de Santander reconoce mi glamour y mis méritos y organiza una celebración como merezco para festejar mi cumpleaños. Porque sí, porque hoy cumplo diez años a pesar de que sigo hecha toda una cachorrona y con los trotes que me estoy pegando detrás de la setter atorrante y poligonera estoy recuperando aquel tipín impactante de mis años de modelo en las mejores pasarelas caninas. Diez años que me hacen tener la sensatez, la sabiduría y el saber estar de toda una señora de las de antes, elegante y pinturera, sin perder la alegría y la chispa (hicksss, demasiado champagne me temo).
Un poco excesiva la celebración me ha parecido. Que como sabéis una es de natural modesto y eso de que haya sido fiesta en Santander y que anoche hasta me dedicaran unos fuegos artificiales, pues es todo un pasote. Y eso de comentar que hoy es la fiesta de los mártires. Todo un detalle, que mira que sufro yo los zascandileos y las depres del Gafapasta, las tonterías y la hiperactividad compulsiva de Gin, la cara de culo de Anabotella y la histeria politraumática de la gata tonta, perdón, de la Tiberio. Pero de ahí a ser una mártir, tampoco hay que exagerar.
Me he puesto tan tan egótica con los festejos que no me he enterado muy bien de lo que me ha dicho el Gafapasta de que si los santos mártires bla, que si patronos de la ciudad bla, que si Emeterio y Celedonio bla bla bla. Claro, claro, nene, que ya sé que entre esa sarta absurda de nombres me pusiste lo de Celedonia (quel horreur!). Yo creo que intentaba fastidiarme la sorpresa para que no me altere cuando el alcalde pavisoso me proponga ser la musa protectora de Santander. Pero es que le voy a decir que no, que no y que no, que yo soy jacobina y esta ciudad es demasiado conservadora. Y que la gente viste bien, pero sin esa osadía estética que siempre me ha caracterizado. Me reservo para ser la patrona de París, o de Milán, o hasta de Lisboa, que hay unos diseñadores con un punto Di - Vi - No. Y que eran las ciudades favoritas del Chico Guapo, que ese sí que sabía de glamour y encanto.
Así que le voy a decir al Delaserna ese que me siento muy muy honrada por la fiesta, pero con la disculpa de la crisis le pediré que el próximo año sea un poquito menos exagerado, que al final se van a pensar que tiene algo que ver con los homenajes alguna trama gurteliana extraña, y que me conformaría con un capón de Villalba. O con dos. Aunque no sean todavía las Navidades.
En fin, que todos a coro, con los matasuegras de DSquared y los gorritos de fiesta de Sybilla: Happy Birthday To Meeeeee, Happy Birthday To Meeeeeee, Happy Birthday Dear Glendaaaaaaa, Happy Birthday To Meeeeeeeeeeee.
(A Gin y a las gatas les he puesto sidra de Makro en las copas, que no aprecian lo bueno. Para los demás ... un delicioso Pommery recién llegado de la misma mismísima Champagne de la France, como Dior manda).
Hicksssssss