Aunque algunos no se lo crean, yo escribo siempre en serio. Otra cosa es que lo haga con este gracejo de Brie que Anubis me ha dado. Pero siempre en serio.Y puede que hoy más en serio que nunca. Que le he mirado al Gafapasta con una mirada larga y tristona y le he dicho que me quiero marchar y le he pedido que me ayude.
Ya os imagináis, él se ha puesto intenso y llorica y me ha dicho que a lo mejor la Bruja de la Bata Blanca encuentra una pócima que me anime y yo le he dicho que sí, que a lo mejor, pero que me ayude a marcharme con la dignidad y la tranquilidad con la que nos marchamos los animales.
Le he dicho lo mismo que le dijo el Chico Guapo cuando se fue, que estoy tranquila. Porque sé, como él sabía, que he pasado por estos parques y estas playas y estos tourmalets y estas caricias sin hacer daño a nadie, sólo dando y recibiendo cariño. Así que he sido muy feliz. Y le he dado las gracias. Porque yo sé que muchos perros no tienen la misma suerte. Claro que hay gafapastas que tampoco la tienen. Que soy yo una perra muy perra y no es fácil encontrar la lisura que derramo cual flor de la canela. Así que también él ha sido afortunado al tenerme a su lado, como afortunado fue por encontrar al Chico Guapo.
Le he dicho a la Gata Tonta que si tratara de afinar un poco cuando miaga como una neurótica, tal vez podría ser cantante de ópera. Pero ella no ha entendido nada porque dice que hablo raro y que palabras como cantante, ópera, afinar, que y de no están en el diccionario. Y a la Gata Mala que haga el favor de controlar un poco las chifladuras de la Poligonera, que ella y yo somos las únicas de la manada con un poco de sentido común.
A Gin, pobrina, le he dicho que me voy de viaje, para no disgustarla. Porque me pega en el hocico que la nena se va a disgustar, que ha estado muy pendiente de mí estos días, olisqueando y mareándome y comiéndose las cosas ricas que yo no me quería comer. Y que puede usar mis blusas y mis taconazos, pero que como se le ocurra combinarlos con pantalón de chándal vuelvo rabiosa y la muerdo. Me da igual que sea negro con dorados o dorado con negros. La muerdo.
Al Gafapasta no le digo nada, sólo le miro. Porque si intento decirle algo más se me hace como un nudo tonto en la garganta. Que una cosa es que esté tranquila y digna y sepa que ha llegado el tiempo de viajar más allá del Arco Iris y otra que no le vaya a echar mucho de menos, que al fin y al cabo ha sido el gran amor de mi vida.
Quería que supiera que me gustaría estar siempre con él pero que eso no es posible y que también me preocupa qué estará haciendo al otro lado el Chico Guapo, tanto tiempo solo, y que ya me toca cuidarle y que los dos le estaremos esperando over the rainbow, disfrazados de estrellas. Quería que supiera que esperaré uno de esos poemas preciosos que escribe, pero que quiero salir glamourosa y elegantosa o mejor, juguetona, cachorrona y feliz-feliz, nada de tonterías y de dramas. Y también quería que supiera él y que supiérais vosotros que me gustaría que este blog tan personal llegara a convertirse en un libro para que se convierta en un gran éxito y gane mucho dinero para ayudar a los perros abandonados, que cada vez hay más hijodelagranputa suelto (no es taco, es definición científica). Y que me parece a mí que a Sos Setter le vendría muy requetebién un poco de colaboración.
Y a todos los que leéis el blog, y a los que no lo leéis pero me decís cosas y me hacéis mimos y carantoñas por la calle, daros la enhorabuena: no todo el mundo logra tener a una diva de las de verdad tan cerca. Os quiero también, desaboríos.
Me voy a dormir un rato mientras el Gafapasta se decide.